JBS, una historia de corrupción, deforestación y explotación.

Por: Redacción Bocado

La historia de JBS es una copia reducida de la historia de Brasil en el siglo XXI: en los primeros años, la corporación cárnica y el país crecían. Los hermanos Joesley y Wesley Batista aparecían en las páginas de los periódicos como símbolos de una era de expansión económica en la que las corporaciones brasileñas se preparaban para estar entre las más grandes del mundo. Pero cuando el país vio el sueño de la prosperidad colapsar, JBS dejó de estar sólo en las buenas noticias económicas: casos policiales, escándalos de corrupción y deforestación comenzaron a convivir con los buenos resultados financieros, que hacen de la compañía una de las más grandes del mundo en procesamiento de carne. Hoy en día, no hay ningún mes que pase sin malas noticias sobre JBS. A continuación, enumeramos la santísima trinidad que acompaña a la familia Batista.

1. Explotación 

Preguntémosle a los hermanos Wesley y Joesley Batista como se pasa, en más de 65 años, de procesar 5 vacas por día a 23.000 en una sola de sus plantas. La respuesta no sería difícil: terreno y mano de obra. Lo que no cuadra es el trato que reciben estos 240.000 colaboradores (así son llamados dentro de JBS).

Vestidos de un blanco manchado de sangre y encerrados en ambientes en los que el oxígeno no entra fácilmente, los trabajadores son rotados con frecuencia, debido a la poca tolerancia que su cuerpo tiene al clima de la procesadora. Están expuestos a temperaturas gélidas perjudiciales para sus tendones, que usualmente terminan causando quemaduras o daños permanentes.

JBS posee una técnica magistral para garantizar la efectividad de sus trabajadores. Por legajo, cada asalariado de la procesadora es llamado a meter sus manos en piletones repletos de hielo. Según la empresa, este es un método de cuidado a sus trabajadores, que ayuda a la desinflamación de tendones, pero resulta obvio que es solo una estrategia para asegurar mayor duración en el trabajo. 

Uno de los casos más recordados es el de Itamar Bedin, un técnico electromecánico de 45 años que, al ir a reparar un hidrómetro caído en la sede de JBS en São José, en Santa Catarina, quedó atrapado entre el helicoide que transporta a los pollos y la pared del equipo. A pesar de los esfuerzos por socorrerlo de sus compañeros de trabajo, no hubo caso. Falleció asfixiado.

Caso similar a este ocurrió en el vecino de Brasil, Argentina. En octubre del 2009, un trabajador de la sección de mantenimiento de una de las plantas cayó desde 8 metros de altura mientras reparaba una lámpara, quedando con una incapacidad que requiere de cuidado permanente. JBS debió pagar una suma millonaria a modo de indemnización, pero en sus facultades jamás estará devolverle a ese trabajador la vida que antes tenía. 

Los casos de brucelosis detectados también generaron un alto revuelo. La bacteria que tiende a atacar a los órganos reproductivos tanto de los animales como de los humanos no sería transmitida con tanta facilidad si la vacuna fuese aplicada sin problemas. Sin embargo, el proceso de vacunación tiene un costo, y si nadie controla, ese costo no debe pagarse.

JBS se resiste a hacer exámenes luego de que un trabajador deje su puesto. La pregunta es por qué, y la respuesta parece clara: quien llega de un modo, sale de otro. 

Resultó escandalosa, en agosto del 2014, la condena que la procesadora recibió. No solo reciben los maltratos ya mencionados los “colaboradores” de JBS, sino que hasta para comer se presentan dificultades. La irregularidad en este caso se presentó al detectar que ciertas carnes que daban a sus trabajadores estaban contaminadas con larvas de moscas. El estado de la carne parece importar poco al frigorífico.

Así como hay historias, hay datos estadísticos. Entre julio del 2018 y marzo del 2020, los frigoríficos JBS emitieron entre 32 ciudades de Brasil 4.677 comunicaciones de accidentes de trabajo. Dedos, manos, pies cubiertos de contusiones, quemaduras, laceraciones y abrasiones. Siete de estas comunicaciones resultaron en el peor de los escenarios posibles: la pérdida de la vida.

Si agarramos la calculadora obtenemos algo escalofriante: siete accidentes de trabajo por día. Y solo en Brasil. 

2. Corrupción

Sin dudas no se llega aislado a los resultados que JBS obtiene. Se necesita del poder para obtener el estatus que esta empresa ostenta, y quién mejor que el presidente de Brasil para colaborar. ¿Cómo es el camino de un empresario que fue llamado “el criminal más exitoso de la historia de Brasil” por Michel Temer?

Si bien hubo un enorme estímulo por parte del Estado de Brasil para establecer competidores poderosos en el comercio exterior (desde los años 90’ e intensificado durante el gobierno de Lula), no todo fue hecho por encima de la mesa. Los hermanos Batista admitieron, mediante la firma de un acuerdo de culpabilidad, haber sobornado a 1.900 políticos en una década. 

En el legajo de JBS quedará para siempre la Operación Carne Débil. Si bien ya mencionamos cómo el estado de la carne no es prioridad para esta empresa al darle carne con larvas a sus empleados, lo que fue a pequeña escala también se hizo a gran escala.

El silencio tiene un precio. Para mantener estas actividades en marcha, la procesadora pagaba coimas al Partido del Movimiento Democrático Brasileño, del expresidente. 

Parece que estaban entre la espada y la pared. Debieron delatar a Temer para, aun quedando como culpables, disminuir la condena. Con una grabadora escondida, Batista mantuvo una conversación de aproximadamente 40 minutos con Temer en la que registró cómo se le daba el supuesto aval para sobornar al expresidente de la Cámara de Diputados Eduardo Cunha. Temer se habría convertido en el primer presidente brasileño en ser juzgado durante el ejercicio de su mandato, si no fuese por la ayuda del Congreso, que no dio autorización a su juicio. 

Luego de que se probara que JBS puso en riesgo la vida de los consumidores, se les multó económicamente. Sin embargo, lejos de una suma significativa, el precio a pagar es un 5,62% de la facturación del grupo en 2016 (exentos los impuestos), a pagar durante los próximos 25 años con correcciones por inflación. Un número risible para una empresa que, solo en 2015, generó en ganancias 4,64 mil millones de reales. 

Después del escándalo político en el que estuvieron, uno pensaría que la cosa tiene fin. Sin embargo, ¿lo tiene? Wesley y Joesley fueron detenidos pocas semanas después por presunto uso de información privilegiada en la Bolsa de Valores durante la turbulencia que creó el caso de corrupción.

3. Deforestación 

Al principio de este artículo explicamos que para faenar decenas de miles de vacas se necesitaba de mano de obra y de territorio. Ya comprendimos cómo trata JBS a la mano de obra, y no nos extraña que trate del mismo modo a su suelo.

Uno de los métodos que la procesadora emplea es el de la triangulación de reses. En términos sencillos, la triangulación se hace de este modo: se cría a los animales en una zona ilegal, se los lleva encubiertos a una zona legal, y desde ahí sale el cargamento.

A mediados de 2019, el primer eslabón de una de las triangulaciones fue descubierto. Luego de la tala ilegal de más de 1.500 hectáreas en Mato Grosso, la zona recibió un embargo que prohibió la cría de ganado en ese lugar, lo que costó al propietario una suma millonaria.

Esta investigación dio pie a que se investigara con la premisa de que quien lo hace una vez, o lo ha hecho antes o lo repetirá. Así es como se obtuvo registro de que, entre junio de 2018 y agosto de 2019, cerca de 7.000 vacas fueron transportadas con esta metodología. 

Entre 1993 y 2013, la industria ganadera ha tenido un crecimiento exponencial, llegando a las 60 millones de cabezas de ganado tan solo en la Amazonía (una expansión de cerca del 200%).

El mundo sabe que las políticas de protección ambiental del actual presidente brasileño Jair Bolsonaro no son un ejemplo. Las quemas del bosque han sido objeto de duras críticas a su mandato, y es sabido que un 60% de las áreas deforestadas se utilizan para la cría de ganado. Estas son quemas que se llevan a cabo con un fin económico. Un caso a mencionar es el expuesto por la revista Science, de la American Association for the Advancement of Science, que publicó que el 17% de la carne exportada hacia la Unión Europea procede de deforestación ilegal de la Amazonía. 

Así como mencionamos el caso de Carne Débil anteriormente, hubo un caso de nombre similar que también involucró a JBS: Carne Fría, en 2017. 

No sólo violaron las políticas gubernamentales al criar ganado en áreas vinculadas a la deforestación, sino que también violaron sus propias políticas al hacer lo que prometieron no hacer.

Si bien la multa fue de 8 millones de dólares, los supermercados europeos no dejaron de vender los productos obtenidos con base en la deforestación de la flora de Brasil.

Hay que mencionar que parece que empiezan a acusar recibo del daño ambiental. “Alimentar el cambio es nuestro compromiso” es el título del comunicado emitido por JBS pocos días atrás. Las promesas que se incluyen en el texto tienen como objetivo reducir a cero el equilibrio de las emisiones de gases de efecto invernadero que la procesadora hace. ¿Será así? 


Entradas recomendadas