Cuando empezó a regir el etiquetado mexicano, la Organización Mundial de la Salud lo halagó “por estar por encima de los intereses comerciales”. Las grandes empresas de la industria alimenticia, en cambio, se mostraron reticentes. Y el primer día de vigencia, el 1 de octubre de 2020, al menos 30 grandes consorcios se ampararon, es decir presentaron recursos legales para evitar marcar sus productos. Ejemplos: Unilever, Coca-Cola, Hershey, Ferrero Rocher y otros.