La ciencia expone a los ultraprocesados

Por: Redacción Bocado

Los productos ultraprocesados representan en países como México, Canadá y Estados Unidos entre el 25% y el 60% de la ingesta energética total de cada individuo. Aunque la industria se encarga de ocultar cierto tipo de información, día a día son publicadas investigaciones científicas que prueban el perjuicio que significa su consumo, tan grave que aumenta los riesgos de muerte

“México está sufriendo el mayor deterioro de sus hábitos alimenticios que se ha presentado en toda su historia”. Así comenzaba el miércoles 3 de febrero un evento online realizado por la organización El Poder del Consumidor y dedicado a la exposición de tres investigaciones científicas acerca del consumo de ultraprocesados.

Joaquín Marrón Ponce, del Centro de Investigación en Nutrición y Salud del Instituto Nacional de Salud Pública de México, expuso las tendencias de consumo en algunos países de América Latina con datos sorprendentes. Por ejemplo, que en 2013 en México eran vendidos anualmente 214kg de ultraprocesados per cápita y el segundo país de mayores ventas fue Chile con 201.9kg.

Marrón Ponce también mostró que Chile, Brasil, Colombia y México el 80% de la población ingiere más azúcares añadidos que el límite recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

En el mismo evento, la doctora Maira Bes-Rastrollo expuso la investigación titulada “Mortalidad asociada al consumo de ultraprocesados en la cohorte SUN”. El proyecto SUN (Seguimiento Universidad Navarra), que comenzó a finales del 1999, consiste en un registro del estilo de vida y la actividad física a más de 19.000 individuos considerando las variables sociodemográficas.

Según los resultados, el 30% de los ultraprocesados consumidos son carnes procesadas y bebidas azucaradas. Un dato preocupante que el estudio reveló es que a partir del tercer año de seguimiento la incidencia de mortalidad crece para el 50% de la población que más ultraprocesados consume, y solo va acrecentándose con el tiempo.

Por último, uno de los datos más inauditos que explicó la doctora Bes-Rastrollo fue que “A partir de 5 raciones al día de consumo de estos productos se observa un riesgo significativo de muerte. Si esta ingesta se duplica aumenta el riesgo en 18%”. La investigación indicó que existía un incremento del riesgo de mortalidad de hasta un 62% para quienes consumían más de cuatro raciones de ultraprocesados por día en comparación a quienes consumían menos de dos.

Otra de las ponentes, la doctora Hyunju Kim, de la Universidad Johns Hopkins, evaluó la situación de más de 11.000 personas mayores de 20 años mediante cuestionarios. Una conclusión importante es que los adultos con mayor riesgo de mortalidad son aquellos con un alto nivel de consumo de ultraprocesados, aunque no padezcan  enfermedades crónicas.

Otra conclusión alarmante fue la arrojada al dividir a los 11.000 individuos en cuatro grupos dependiendo de su consumo: los que estaban catalogados en el grupo de más alto de consumo de ultraprocesados poseían un 31% de riesgo de muerte más alto.

Además de lo expuesto en el foro, existen artículos de divulgación científica que exponen los deterioros que estos productos causan.

Publicado en el International Journal of Behavioral Nutrition and Physical Activity, una investigación llevada a cabo mediante cuestionarios en un grupo de más de 91.000 participantes de la población estadounidense concluyó que: “El alto consumo de alimentos ultraprocesados se asocia con mayores riesgos de mortalidad por enfermedades cardiovasculares y cardíacas. Estas asociaciones dañinas pueden ser más pronunciadas en las mujeres”.

Otro artículo, centrado en fumadores, es “Ultra-Processed Food Intake (UPF) and Smoking Interact in Relation with Colorectal Adenomas”, que estudia la relación entre la ingesta de ultraprocesados y el consumo de cigarrillos: “Entre los fumadores, la alta ingesta de ultraprocesados se asocia de forma fuerte e independiente con adenomas colorrectal, especialmente para el adenoma avanzado y proximal.” Es decir, en población fumadora se establece una asociación entre tumores benignos y alto consumo de ultraprocesados.

Carlos Monteiro, profesor de la Universidad de Sao Paulo y Miembro del Grupo Asesor de Especialistas en Recomendaciones de Nutrición de la OMS, por medio de su cuenta en Twitter compartió numerosos artículos científicos sobre estos temas: “¡La afirmación que oí muchas veces que indica que los problemas de salud causados por los ultraprocesados eran solamente una hipótesis convincente necesita una urgente revisión!”


Lanzan Colansa, red de académicos y organizaciones por nutrición

Por: Redacción Bocado

Las causas y luchas no descansan en el marco de la pandemia por Covid. Conectados virtualmente desde varios países, nació la Comunidad Práctica Latinoamérica y Caribe Nutrición y Salud (Colansa), un grupo de profesionales que busca orientar “en la construcción de prácticas y saberes comunes” así como ayudar a “la mejora de los sistemas alimentarios en la región”.

Este martes 10 de marzo a las 14:00, la organización no gubernamental Instituto Brasileño de Defensa al Consumidor (Idec) transmitió mediante su canal de YouTube un webinario dedicado al lanzamiento del proyecto Colansa. El evento tuvo una duración de una hora, dando lugar a la presentación de la organización por parte de los ponentes y a un espacio de preguntas y respuestas para los 100 espectadores que asistieron.

Colansa, explicaron, es “un grupo de profesionales y de organizaciones de la sociedad civil y academia cuyo objetivo es el de contribuir al desarrollo de sistemas alimentarios saludables, sustentables, equitativos e inclusivos; así como promover la mejoría de la nutrición y de la salud de las poblaciones de LAC (Latinoamérica y el Caribe)”.

Kennia Velázquez, integrante de la Red Mexicana de Periodistas de Ciencia, estuvo a cargo de la mediación del webinario y de las palabras introductorias. Además, el foro contó con la presencia de cuatro invitados que dieron su testimonio acerca de la comunidad: Fabio Gomes, asesor regional de Nutrición y Actividad Física de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), Camila Corvalán, investigadora del Instituto de Nutrición y Tecnología de Alimentos de la Universidad de Chile (INTA), Ana Paula Bortoletto, nutricionista y consultora del Idec y Roberto Bazzani, especialista principal de programa del International Develompent Research Centre (IDRC).  

Durante la presentación, la periodista Kennia Velázquez explicó la creación de la comunidad diciendo que “En nuestra región hay un serio problema con las enfermedades no transmisibles. El 50% de los adultos tiene sobrepeso. Hay una urgencia de implementar políticas que promuevan la alimentación saludable”.

Colansa buscará realizar análisis de datos e investigaciones, la reorientar de políticas públicas hacia propuestas saludables y sustentables, estímular interacciones proactivas entre investigadores y organizaciones e interactuar multisectorial. Desde esa red buscan aportar al desarrollo de vínculos entre los países de Latinoamérica y el Caribe, también ser “referencia en la construcción de prácticas y saberes comunes para todas aquellas personas – físicas o jurídicas – interesadas en contribuir de forma activa a la mejora de los sistemas alimentarios en la región.”

Previo al evento, la organización compartió un manifiesto de su autoría sobre la exigencia de una alimentación saludable y adecuada en Latinoamérica y el Caribe.

Durante el webinario, Colansa invitó a todas aquellos que comparten los mismos objetivos e intereses y desean formar parte de la comunidad a completar un formulario (que puede ser respondido tanto por personas físicas como por organizaciones/instituciones) para poder ser admitidos. Para Fabio Gomes, es necesario actuar con estrategia a partir de las evidencias. El asesor de OPS destacó que Latinoamérica se encuentra en un contexto de cambios para favorecer la alimentación y la salud de la población. Una situación que requiere de organizaciones de activistas, científicos, periodistas y especialistas que defiendan estos intereses son cruciales a la hora de defender estos intereses: “Una comunidad de prácticas como Colansa nos permite más rápidamente fortalecer la respuesta a los intentos de los oponentes”, dijo.

Etiquetado en Brasil: un manual de lobby

¿Puede la cría de vacas ser todo lo contrario a lo que viene siendo? ¿Pueden las manadas volver fertiles los suelos, salvar el clima, ser sinónimo de alimento que no sea cruel ni violento? La ganadería regenrativa asegura que sí. Que aunque escasa –porque no hay tantas praderas como carnívoros- y cara e inevitablemente entonces excluyente hay ahí una oportunidad para no dejar el asado.

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Una infancia comercializada

Por: Redacción Bocado

El 23 de febrero la asociación civil mexicana El Poder del Consumidor llevó a cabo vía remota una conferencia enfocada en la voraz publicidad que apunta su mira a los niños. Alejandro Calvillo, su director, se encargó de introducir y moderar el evento (disponible en YouTube). En cuanto a oradores, el encuentro contó con la presencia de dos figuras de directa conexión con el tema: la doctora Susan Linn, experta de porte mundial en el impacto de la publicidad en niños y docente en Harvard, y con el psicólogo Juan Martín Pérez García, Director Ejecutivo de la Red por los Derechos de la Infancia en México (REDIM).

México se encuentra hace décadas en una situación crítica. La Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (ENSANUT) arrojó en 2016 datos escalofriantes: el 33,2% de los niños entre 6 y 11 años presentan sobrepeso y obesidad. En el caso de los adolescentes de entre 12 y 19 años el 36,3% es poseedor de este problema. Según informó la Organización Panamericana de la Salud (OPS) en septiembre de 2019, este país ocupa el primer lugar en obesidad infantil y el segundo obesidad adulta. Si bien el dato resulta alarmante, al saber que cerca del 40% de las calorías ingeridas al día por quienes están en edad preescolar son obtenidas de productos ultraprocesados, no puede resultarnos sorprendente. 

“Los niños son altamente vulnerables y las empresas aprovechan esta vulnerabilidad para manipularlos”, dijo Calvillo al momento de comenzar la conferencia. La niñez es tal vez la etapa de mayor riesgo de influencia en la vida de un ser humano. Nuevos en el mundo, todo estímulo del exterior resulta ser una nueva manera de percibir y comprender. En este período, en el que el niño presenta la capacidad de ser moldeable al gusto del publicista, el objetivo del marketing no parece ser otro que el de influir en su toma de decisiones para favorecerse a sí mismos. En términos sencillos, aprovechan la debilidad para llenar sus bolsillos.

Eso que les venden, según Alejandro Calvillo, “No son alimentos. Son comestibles y bebibles”. Es en perjuicio de su salud que las grandes compañías, para venderles ultraprocesados rebosantes de azúcar agregada, utilizan personajes ficticios con los que crean un vínculo, colores atractivos que se hacen imposibles de evadir en la góndola y canciones pegadizas que los niños, años después, seguirán teniendo en su memoria.

Una de las técnicas más prósperas de la mercadotecnia dirigida a los niños ha sido la elaboración de personajes ficticios a los que se les adjudica un nombre fácil de recordar y una personalidad. Estos personajes se vuelven la característicos del producto, como la mascota de los equipos de beisbol. Sin embargo, va más allá de lo esperado. Los niños forman un vínculo afectivo con estos personajes que los vuelve, en cierto modo, dependientes de que esa figura esté presente en momentos como su desayuno previo a la escuela. Chester Cheetos, el Tigre Toño, el Osito Bimbo o Pancho Pantera son ejemplos de cómo el marketing ha logrado introducirse en los cerebros de los niños, generando personajes que se vuelven inolvidables para ellos.

México ha debido accionar ante esta atroz realidad. Mediante la Norma Oficial Mexicana 051 de la Ley General de Salud, los productos preenvasados que ostentan uno o más sellos negros octagonales no pueden incluir en la etiqueta ni personajes infantiles, ni animaciones, dibujos animados, celebridades, deportistas o mascotas. De esta manera, el gobierno de López Obrador (presidente de México) pone una traba a la feroz publicidad que apunta a los niños.

Muchas veces se entiende a la mercadotecnia como la oferta estratégica de un producto que tiene como fin venderlo a terceros. Sin embargo, no es este su único resultado. “El marketing no solo vende productos, también les vende a los niños comportamientos y valores” dijo Susan Linn durante su exposición. Además de obtener el apego de los niños al producto, la publicidad condiciona su manera de ser y su manera de entender.

Hoy en día la hiper conectividad provoca la posibilidad de generar perfiles específicos de cada individuo. Esto implica que la publicidad dirigida a cada persona será personalizada desde sus gustos, lo que permitirá una mayor precisión a la hora de ofrecer ciertos productos. La edad tampoco supone una restricción para los publicistas. “El marketing empieza en los bebés” explicó Linn.

Las campañas de marketing actualmente están divididas en distintos programas de acuerdo a las edades a las que apuntan, para poder “comenzar a entretejer la vida de los niños a la marca”.

¿Qué ocurre con la creatividad de los niños al encontrarse siempre con personajes ya armados? Susan hace referencia al tema con una analogía sencilla que consiste de tres partes. Al principio muestra al niño una marioneta conformada por una media y dos botones. Luego, muestra una marioneta en forma de caballo, y al final presenta a un muñeco icónico en los Estados Unidos, el monstruo de las galletas. El resultado arroja que los niños estimulan su creatividad de maneras sorprendentes al jugar con la media en forma de marioneta, inventándole distintos nombres y personalidades, mientras que, al tratarse del monstruo de las galletas, nada pueden crear. Todo lo referente al monstruo de las galletas ha sido creado por publicistas. Lo que se desprende de esta metáfora es que los personajes ficticios en cuestión no solo perjudican la salud de los niños, sino que provocan una clara erosión de su creatividad.

Por otra parte, existen consecuencias indirectas causadas por las lamentablemente efectivas estrategias de promoción que utilizan las grandes compañías de ultraprocesados. Una de ellas es el daño al medio ambiente debido a que usualmente es plástico el material de empaque de estos productos.

Dada la evidente efectividad del uso de personajes a la hora de publicitar un producto, parecería plausible aplicar el mismo sistema con alimentos saludables que aporten a la dieta del niño. Sin embargo, Susan Linn desaprueba la conducta en todos sus aspectos. El foco, según Susan, debe estar puesto en que los individuos elijan la comida que consumen en base a sus valores nutritivos, y no porque un personaje o una celebridad lo recomiendan. La construcción de buenos hábitos es la prioridad, y las estrategias nocivas de marketing no deben intervenir en ello. Para Susan el marketing debería estar regulado, ya que, a través de la publicidad, los niños aprenden que la felicidad viene de lo que uno tiene.

Vemos entonces un irresoluble cruce de intereses entre los niños y las corporaciones. “Los chicos necesitan amor, oportunidades para crecer y jugar, comida saludable y protección. Las corporaciones necesitan ganancias” explicó Linn. Las familias solas no pueden contra las grandes corporaciones. Son las regulaciones legislativas sobre la publicidad lo que genera un cambio en el consumo y en la vida diaria de cada niño.

El Banco Santander financió a empresas cárnicas brasileñas relacionadas con la deforestación de la selva amazónica

El banco español suscribió con las gigantes JBS, Marfrig y Minerva al menos 1.375 millones de dólares entre 2013 y 2019

Por: Nazaret Castro, con la colaboración de Amigos de la Tierra

El Banco Santander está entre las entidades financieras europeas señaladas por financiar a empresas cárnicas brasileñas directamente vinculadas con la deforestación en la selva amazónica. Así lo muestran los datos recolectados por la ONG Global Witness junto a la holandesa Profundo y que fueron facilitados por Amigos de la Tierra. A mediados de 2020, una investigación de The Guardian, el Bureau of Investigative Journalism y Repórter Brasil demostró que, entre 2013 y 2019, diferentes bancos afincados en territorio europeo financiaron con 12.000 millones de dólares (unos 10.000 millones de euros) a empresas como JBS, Marfrig y Minerva, que acaparan, según datos de Greenpeace, el 70% del ganado que es criado y sacrificado en la Amazonía brasileña.

Según los datos obtenidos, el Santander suscribió con estas empresas al menos 1.375 millones de dólares (unos 1.170 millones de euros) entre 2013 y 2019, mayoritariamente a través de la compra de bonos, que alcanzaron los 1.367 millones de dólares. Marfrig fue, con notable diferencia, la mayor beneficiaria de las inversiones del banco español, con 1.127 millones de dólares en bonos. Es además la empresa con la que ha tenido una relación más continuada en el tiempo y se han encontrado inversiones prácticamente todos los años desde 2013, con la excepción de 2015. La segunda empresa que recibió más financiación por parte del Santander fue JBS, con 200 millones de dólares en bonos en 2013, y finalmente Minerva, con 40 millones en 2014. El Santander también adquirió acciones en las tres empresas, por un total de 8,7 millones de dólares. En este caso, fue JBS la principal receptora con cerca de 7 millones de dólares.

El Santander fue así el segundo banco europeo con una mayor financiación a estas tres empresas, sólo por detrás de la británica HSBC. En el ranking general se sitúa en sexto lugar, por detrás de cuatro bancos brasileños, además de la ya citada HSBC. No obstante, los datos han sido elaborados a partir de informaciones públicas y podrían no estar completos. Los bancos a menudo compran bonos y acciones en representación de clientes que invierten a través de sus fondos de inversiones, asegura el Bureau of Investigative Journalism.

Por su parte, JBS, Marfrig y Minerva son las principales empresas del sector del mundo. Entre ellas, JBS es la líder mundial. En 2012, faenó diariamente 85.000 cabezas bovinas, 70.000 cerdos y 12 millones de aves, que comercializó en 150 países.

Diversas investigaciones revelaron en los últimos años el vínculo que existe entre la industria ganadera y la aceleración en la deforestación de la selva amazónica. Según el Instituto Nacional de Investigación Espacial de Brasil (INPE), nueve de cada diez focos de incendio en áreas destinadas al agronegocio fueron en suelo destinado a la cría de ganado. Y otra investigación del Instituto Imazon mostró en 2019 que el 70% de los incendios sucedieron en zonas de compra de empresas cárnicas. “El Amazonas está siendo rematado para la producción de carne; hay estados donde hay más vacas que personas”, apunta Soledad Barruti, periodista especializada en alimentación. “Los incendios son la herramienta necesaria para el avance de ese modelo, que va de la mano de la violencia y la expulsión de los pueblos indígenas, que son los principales preservadores de la naturaleza y los territorios”, añade la periodista argentina.

La deforestación en la Amazonía se ha disparado este año, con un aumento del 9,5%, la cifra más alta de los 12 últimos años, según el INPE. Esta tendencia viene agravándose con el gobierno de Jair Bolsonaro, ya que en 2019, su primer año de gobierno, la deforestación en la Amazonía creció un 86% respecto del año anterior; y en el caso del Pantanal, un ecosistema igualmente biodiverso y vulnerable, el incremento alcanzó el 573%, según datos del INPE. Como alerta el informe Quemando la Amazonia de Amigos de la Tierra, estas cifras se deben principalmente a la acción humana.

 “Los incendios son una de las acciones dentro de esta red bien articulada con el propósito de aumentar la explotación de los bienes comunes para obtener lucro. De esta manera, se sostiene la cadena mundial de productos básicos agroalimentarios y minerales controlados por las empresas multinacionales”, sostiene Amigos de la Tierra en un informe, en el que se subraya que la falta de supervisión de los proveedores no exime a las empresas de responsabilidad en ese proceso.

En el caso concreto de Marfrig, la empresa que recibe el grueso de la financiación del Banco Santander otorgada a estas empresas, la organización Global Witness encontró en una investigación recién publicada que había comprado, entre 2017 y 2019, 89 ranchos con más de 3.300 hectáreas deforestadas, “todas ilegales”, según el documento. Marfrig es considerado el segundo productor mundial de vacuno, una empresa que exporta productos a cerca de 100 países, incluida España.

Elusión de responsabilidades

Según el informe Restituir el suministro de alimentos de la UE, de Amigos de la Tierra, cuando la Unión Europea calcula cómo impacta en la deforestación, no incluye el papel que desempeñan las entidades financieras que promueven ese modelo. “Los bancos desempeñan una función fundamental” desde hace más de dos décadas, subraya este informe, que aboga por imponer la obligación estricta y vinculante jurídicamente del deber de vigilancia a los bancos, dentro del marco del futuro Tratado de la ONU sobre empresas y derechos humanos, que está actualmente en negociación.

El Banco Santander rechaza su complicidad con la devastación de la selva amazónica. “La entidad ha formulado políticas sectoriales específicas que contienen los criterios para analizar los riesgos sociales y medioambientales derivados de las actividades de nuestros clientes en sectores sensibles”, afirma el Banco a través de su departamento de prensa. La entidad afirma que ha tenido en cuenta “los acuerdos que habían firmado las empacadoras de carne con Greenpeace y el Ministerio público del Gobierno brasileño en relación con el abastecimiento de carne”. Añade que “Santander Brasil trabaja con una empresa de imágenes satelitales de vanguardia que monitoriza 5.000 propiedades” que financia y que esa empresa, cuyo nombre no ha facilitado a este reportaje, “suministra información a diario sobre embargos relacionados con áreas deforestadas, trabajo en condiciones de esclavitud y otros problemas”, de modo que “si se comprueba la existencia de alguna situación ilegal, Santander Brasil tiene la facultad contractual de declarar el vencimiento anticipado de la deuda y exigir su pago”.

El Banco Santander se refiere al acuerdo que surgió cuando, en 2009, una investigación realizada por Greenpeace junto al Ministerio Público Fiscal (MPF) brasileño desenmascaró el rol del sector cárnico en la destrucción de la selva, como detalla el informe A Farra do Boi (El atracón del buey). Dada la repercusión mediática del caso, JBS, Marfrig y Minerva firmaron, junto al MPF, un “compromiso de ajuste de conducta” (TAC o Termo de Ajustamento de Conduta) y adhirieron a unos “Criterios mínimos para operaciones con ganado y productos bovinos en escala industrial en el bioma Amazonia”.

“Lavado de ganado”

Sin embargo, las empresas agropecuarias y sus proveedores han logrado sortear los compromisos adquiridos en el llamado “TAC de la Carne”, como han demostrado investigaciones de Greenpeace, Repórter Brasil y Amnistía Internacional. El Ministerio Público Fiscal brasileño no se mostró severo con los incumplimientos de los compromisos adquiridos: antes bien, consideró satisfactorios los resultados de empresas con hasta un 30% de compras irregulares en 2016, y optó por no punir a ninguna de las compañías auditadas. En 2018, una nueva auditoría del MPF detectó irregularidades en el 19% de las compras de JBS. La Marfrig decidió no someterse a la fiscalización, por lo que no existen datos al respecto.

Lo cierto es que, una década después del acuerdo, alrededor del 65% del área deforestada en la selva amazónica se destina a pastos para el ganado, y ese dato sugiere que, más allá de irregularidades específicas, los sistemas de rastreabilidad no están funcionando. Esto sucede porque cuando estas empresas dicen que controlan la procedencia de sus proveedores, están hablando únicamente del proveedor final. La cadena es mucho más larga y difícil de trazar. Es lo que se ha llamado “lavado de ganado” (lavagem de gado): los proveedores irregulares se encargan de la cría durante las primeras etapas de vida del animal, y lo venden después a un proveedor que no está directamente implicado en casos de deforestación ni trabajo esclavo. Es ese hacendado “limpio” el que se ocupa de la etapa inmediatamente anterior al sacrificio y de la venta directa a la empresa frigorífica.

¿Avances en sostenibilidad o en greenwashing?

A la vista de la presión internacional, en 2020 tanto Marfrig como Minerva y JBS reafirmaron los compromisos asumidos en 2009 y se excusaron de sus escasos avances hasta la fecha argumentando que el sistema brasileño de trazabilidad de ganado dificulta el análisis de los “proveedores indirectos”. Marfrig Global Foods anunció un ambicioso programa de sostenibilidad para la próxima década, con un presupuesto de 500 millones de reales (unos 74,4 millones de euros), y se comprometió a monitorear a sus proveedores en la Amazonia de aquí a 2025, y en el Cerrado y otros ecosistemas, para 2030.

Para Greenpeace Brasil, el verdadero problema es la falta de voluntad política: “Si los compromisos se hubiesen tomado realmente en serio, el sector entero ya estaría operando sobre criterios mínimos y controlando a todos los proveedores a lo largo de la cadena, y el gobierno estaría apoyando con asistencia técnica la concesión de créditos a quienes quieren producir con menos impacto”, señala la organización. Y la expectativa es que la actividad de estas empresas siga creciendo. Se estima que las exportaciones serán el principal motor del sector y que, para satisfacer la demanda nacional e internacional, Brasil llegará en 2029 a sacrificar 52,9 millones de cabezas de ganado vacuno, un 17,7% más que en 2019. Este aumento se verá acelerado si se lleva a cabo la ratificación del Tratado comercial entre la Unión Europea y MERCOSUR, según el cual Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay podrían exportar 99.000 toneladas más de vacuno a la UE con impuestos reducidos, por lo que las importaciones de vacuno a la UE podrían aumentar en un 30%.

Por su parte, el Banco Santander, como también Bradesco e Itaú, suscribió un compromiso con la preservación de la Amazonia en julio de 2020. “Para que el plan sea eficaz, es fundamental que se intensifiquen las medidas de protección de la selva amazónica, coordinando las acciones de los bancos con el gobierno y las iniciativas públicas”.

El riesgo es que este tipo de acuerdos deriven en greenwashing (lavado verde), a través de medidas como el “fomento de instrumentos financieros verdes” o el apoyo a tecnologías vinculadas a la “bioeconomía”, que tienen más que ver con la llamada “economía verde”, que avanza en la financiarización de los bienes comunes, que con una verdadera apuesta por la sostenibilidad.

A ello se suma, de nuevo, la amenaza de la ratificación del acuerdo comercial UE-MERCOSUR, que puede suponer el aumento de la inversión en actividades de deforestación por parte de las instituciones financieras de la Unión Europea. Según Mute Schimpf, Responsable de Alimentación de Amigos de la Tierra Europa, “este acuerdo facilitaría las actividades de los bancos y los inversores de la UE en la financiación de la deforestación en los países del Mercosur, agravando así la amenaza a la que se enfrentan los bosques y las tierras de las comunidades”.