La selva contra el fin del mundo

Maranhao podría ser una maqueta a escala del Brasil que se juega en estas elecciones. Un estado del tamaño de Noruega con una diversidad de biomas que son cerrado, cocales y pura selva devastado en un 80% a fuerza de soja, vacas y minería. Los suplementos de economía hablan de dólares pero lo que se ve tierra adentro es pobreza, hambre y devastación de un lado, y del otro, pueblos indígenas en una activa resistencia por defender lo que queda en pie. En esta crónica un viaje hacia uno de esos pueblos, los awa guajá: garantes de que otra vida es posible en el mundo hoy.

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