La sociedad del descarte
por Soledad Barruti
Foto: AdobeStock
Publicado el 10 de marzo de 2022
Basura: una idea tan moderna como aislarnos de la naturaleza, separarnos de todo lo vivo, comer cosas, y crear materiales que solo pueden volver a la tierra y al agua como problema: indigerible, irreducible, indestructible. Con el plástico como elemento más importante les invitamos a un viaje por eso que sacamos de casa y creemos desaparece cuando en realidad siempre vuelve. Y nos lo tragamos.
Un camión de basura todo cargado de plástico por segundo, 24 x 7, los 365 días del año: eso tiramos al mar. A la tierra va bastante más. Solo en botellas se producen unos 1500 millones por año.
Plástico: el material más subsidiado del mundo y por eso tan ridículamente barato; el material que casi siempre usamos una sola vez y descartamos para que termine siempre en el mismo lugar: entre las plantas, en los cuerpos de los animales y luego adentro de nuestro propios cuerpos. Porque transformado en micro y nano partículas al plástico nos lo comemos a razón de una tarjeta de crédito por semana.
Los números son 100 por ciento humanos -todos los días los producimos entre todos- y a la vez tan inmensos que parecieran humanamente imposibles de contener.
En Bocado, con ese material tan propio de la industria alimentaria como punta de lanza, llevamos un tiempo pensando en la basura. Buscamos diversas miradas, plumas, territorios que devienen en esto que hoy presentamos: cuatro reportajes de texto y una guía fotográfica para desmenuzar la parte que resulta imposible de reducir y menos de reciclar: nuestra sociedad del descarte.
Desde Brasil, Caio Barreto viaja a Jardim Gramacho, el mayor vertedero de basura de América Latina, inmortalizado en una película que paseó por la alfombra roja del Oscar y fue clausurado hace diez años para abandonar cartoneros, batedeiras y carroñeros. Trabajadores en su mayoría negros y migrantes quienes hoy sobreviven entre la pobreza y el terror de los milicianos.
Desde Haití, Milo Milfort nos muestra que la basura se está comiendo a Puerto Príncipe. Calles a punto de desaparecer, cubriéndose de residuos que ya son parte del paisaje (desolador). Empaques de comestibles, las marcas transnacionales que están invadiendo al país más pobre de la región y también pepé, ropa de segunda mano que llega en contenedores. Las consecuencias de la no gestión de autoridades, los intereses desmedidos de empresas transnacionales y una miseria que todo lo impide. Un presente oscuro que puede ser adelanto de nuestro futuro: ahogarnos en basura.
Fernanda Sández, colaboradora de Bocado en Argentina, nos mete a una pesadilla de la cual todavía no somos muy conscientes: los micro y nanoplásticos. El destino -porque sí tiene uno- de la basura que generamos. Cómo contamina aguas y tierra, cómo da una vuelta para regresar a nuestra mesa. ¿Sabías cuánto plástico comes? Y peor aún, estudios han encontrado que los bebés ingieren preocupantes cantidades de plástico.
Y, finalmente, desde México dos piezas. Una galería de fotografías de plásticos de un solo o pocos usos, para asomarnos a ver -y dimensionar- la huella de plásticos innecesarios que estamos dejando en nuestro comer. Imágenes y texto breve de Heriberto Paredes. El segundo trabajo, un reportaje de Dalia Souza y Darwin Franco, recorre las tienditas en busca del supuesto reciclaje que hace Coca-Cola para encontrar que, como tantas otras veces, hay más opacidad y auto-promoción que acciones reales. Asomarnos a la infinita máquina de botellas de plástico, en el país que es mayor consumidor mundial de refrescos.